El derecho a la desconexión laboral, un tema más vigente que nunca.

El derecho a la desconexión en el tapete. En medio de una crisis sanitaria y económica como la actual, que nos exige mantener la distancia física, el trabajo presencial fue uno de los afectados. Una salida sin embargo, no tardó en llegar: el teletrabajo se convirtió en el salvavidas para muchas empresas y trabajadores. Pero el hecho de laborar desde casa, que podía sonar como un sueño, terminó por volverse una pesadilla para muchos; jornadas con más horas de estipuladas, mensajes de WhatsApp acumulados, largas videoconferencias y llamadas, llamadas y más llamadas al celular.

Derecho a la desconexión: No todo es maravilloso con el teletrabajo

Uno de los principales problemas es que no existen límites en la jornada laboral. Para los trabajadores resulta difícil establecer un horario de comienzo y uno de finalización.
Asimismo, en empresas donde no se trabaja por objetivos sino por horas trabajadas, los empresarios están teniendo muchos problemas para contabilizar las jornadas reales de su plantilla. Además, la relación entre empresario o jefe y trabajador puede resultar algo compleja. Pues ambas partes pueden llegar a confundir el teletrabajo con estar disponible 24/7.

Todo esto nos lleva directamente a la desconexión digital, pues si la línea que separa horario real y disponibilidad total es difusa, ¿es posible desconectar? Bien, de momento, no lo es, al menos de forma realista. De este modo, los gobiernos ya están trabajando en diferentes leyes para establecer los límites, tanto para los derechos como para las obligaciones laborales.

Acoso Laboral

Pero no es la primera vez que se habla de acoso laboral, desde hace años en varios países, especialmente europeos, se expresó la necesidad de legislar sobre el “derecho a la desconexión” como una forma de ponerle freno a la invasión de la vida laboral en la vida privada de los trabajadores a través de las nuevas tecnologías.

El estudio InfoJobs sobre la desconexión digital desvela que el 31% de la población activa española se está encontrando con más dificultades para desconectar de su vida laboral con el teletrabajo, tendencia que está viviendo sus días dorados desde la irrupción del coronavirus. Se evidencia, por tanto, que la pandemia está teniendo un coste, y éste es la desconexión digital.

El 51% de la población activa española la que declara responder e-mails y atender llamadas de trabajo fuera de horario laboral, en el período pre-covid esta cifra ascendía al 62,5% y, en la ya conocida nueva normalidad, el porcentaje crece 4,8%, puntos porcentuales llegando al 67%.

Según datos de estudio, la implementación de políticas de desconexión digital es una asignatura pendiente para las empresas españolas, sin embargo Telefónica es una de las grandes compañías españolas que sí apuestan por una desconexión digital auténtica. Así fue como a finales del año 2018, la empresa reconocía este derecho a todos sus trabajadores.

En Francia, la ley ya obliga a las empresas a regular el uso de todas las tecnologías de la comunicación para garantizar un apropiado respeto al tiempo de descanso del trabajador.

Además, si se analizan las variables por género, se observa que el 35% de las mujeres opina que con el teletrabajo han tenido mayor dificultad para desconectar frente al 26% de los hombres. En cambio, el 38% de los hombres indican que el principal motivo es que su puesto lo requiere frente al 24% de las mujeres.

derecho a desconectar

Sodexo Beneficios e Incentivos ofrece una serie de recomendaciones para garantizar la desconexión digital durante esta época tan marcado por el teletrabajo:

  • Reuniones con horario y duración definidas. Las videos llamadas han sido la opción perfecta para mantener a los equipos conectados durante el confinamiento y la “nueva normalidad”. El problema es que esto ha incrementado el tiempo dedicado a reuniones, lo que ha contribuido a que los empleados alarguen su jornada para poder avanzar con otras tareas. Para evitar esto, las empresas pueden implementar un horario fijo dedicado a reuniones y/o marcar una duración determinada de éstas. Los empleados, por su parte, deben aprender a decir que no a reuniones que no sean imprescindibles o que no estuviesen programadas.
  • Marcar una hora límite para el envío de correos o llamadas. Dar por terminada la jornada de verano puede ser uno de los grandes retos a los que se enfrentan los empleados en la “nueva normalidad”, ya que con los dispositivos móviles al alcance de la mano se está disponible de forma fácil a través de una llamada o email. Es decir, que es sencillo que la jornada no tenga fin. Para facilitar la desconexión, las empresas pueden marcar una hora límite para el envío de correos o realización de llamadas, para que el empleado sepa que trabajar fuera de las horas marcadas será percibido, incluso, como algo negativo.
  • “Cierra” todo antes de irte de vacaciones. La gran clave para conseguir desconectar antes de salir de vacaciones consiste en dejar la menor cantidad de “cabos sueltos” posible. De esta forma, es necesario organizar el trabajo durante las semanas y días previos al comienzo de los días de asueto para cerrar tareas y, también, involucrar a compañeros para que recojan el testigo cuando no estemos.

    En este sentido, es importante dejar enviado a los líderes de equipo un informe de status detallado con todos los asuntos pendientes y personas de contacto, para que nuestros compañeros retomen tareas sin tener que recurrir a nosotros. Asimismo, es importante que si tenemos algún conflicto laboral tratemos de solucionarlo antes de marcharnos. De lo contrario, tendremos estas preocupaciones en la cabeza y, además, es posible que recibamos mensajes o llamadas no deseadas.

“La digitalización ha cambiado por completo la conciliación entre nuestra vida personal y la profesional”.

Fuentes Consultadas: